Hay diferentes tipos de iluminadores en el mercado: texturas en crema presentados en formato jumbo -lápiz grueso- o fluido en tubo, en polvo y en stick. Dependiendo del tipo de piel que tengas: seca o madura, joven mixta o grasa, así debes elegirlo. La piel joven o grasa utilizará los iluminadores en polvo, porque la textura cremosa o fluida podría enfatizar aún más los brillos faciales. La pieles mixtas pueden utilizarlo en fluido, en crema o en polvo. Para las pieles maduras o con problemas de sequedad cutánea, conviene optar por las cremosas.
¿Dónde aplicar el iluminador?
Normalmente, después de haber hecho un maquillaje habitual, se aplica el iluminador sobre la zona T (centro de la frente, puente de la nariz y el mentón) y también en la parte superior de los pómulos, en el arco de la ceja, la parte central del párpado móvil, el lagrimal. Además, se puede complementar, según exigencia, con iluminar el arco de Cupido de los labios, como forma de dibujar su contorno y darles volumen y realce en esa zona habitualmente ensombrecida por la punta de la nariz.
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